La necesidad de desarrollar e implantar nuevos hábitos aferrados al concepto de ecología y sostenibilidad, no sólo se refleja en prácticas medicinales, en el uso de cosméticos naturales, en la alimentación ecológica o en la generación de energías a base de sistemas renovables, también ha afectado al desarrollo de la arquitectura y el diseño.
A lo largo de los últimos años, y de la mano del concepto de “Eficiencia Energética”, se han ido planteando soluciones constructivas integrales que abogan por el diseño bioclimático, apuntando siempre en la dirección del bienestar y el confort.
Son muchas las normativas a nivel nacional y europeo que garantizan que los edificios de nueva construcción se ajustan a este concepto “eco”. Sólo nos planteamos entonces una cuestión. ¿Cómo podemos buscar el máximo rendimiento energético de los edificios existentes?
Uno de los métodos más efectivos para conseguir un aislamiento eficaz, que mejore el comportamiento de los elementos constructivos en contacto con el exterior, y, en consecuencia, las condiciones energéticas de las construcciones existente, es el Sistema de Aislamiento Térmico Exterior, comercialmente conocido como Sistema SATE.
Pero, ¿En qué consiste exactamente este tipo de sistema?
Mediante la incorporación del material aislante en la cara exterior del paramento, se consigue el control de la energía que llega hasta el cerramiento existente. Se minimiza el intercambio con el ambiente exterior, garantizando así, incluso en épocas de temperaturas extremas, el equilibrio en el interior de los locales. Todo ello minimiza el uso de sistemas de refrigeración o calefacción mecánicos, y con ello el consumo energético y el gasto económico.
Aunque su efectividad a nivel energético está más que comprobada, últimamente, a raíz del incendio que se declaró en la torre Grenfell de Londres, se pone en duda la seguridad y la calidad de este tipo de sistemas.
Pero el caso de Londres no es el único. Hace apenas un año, en Ajmán, en los Emiratos Árabes Unidos ardió una torre de gran altura por el mismo motivo. Las causas se atribuyeron al material utilizado como aislamiento, conocido como panel compuesto de aluminio.
Debemos ser conscientes, desde técnicos hasta propietarios, pasando por empresas suministradoras y constructoras, de que la seguridad prima siempre sobre la calidad energética. Y ES POSIBLE. Existen materiales, como por ejemplo el EPS, un polietileno expandido muy usado en fachadas ventiladas, que son resistentes al fuego e ignífugos. La normativa española tan sólo avala proyectos en los que los materiales empleados cumplan estas dos premisas.