Los beneficios que la vegetación aporta a los edificios son múltiples cuando se encuentra integrada de la forma adecuada. Los jardines verticales en los cerramientos de los edificios o las cubiertas vegetales son ejemplo de ello. Dichos sistemas intervienen en el comportamiento bioclimático de los edificios mejorando sus prestaciones
La vegetación mejora la calidad de los edificios integrada tanto en su interior como formando parte de su envolvente. Mejora su eficiencia energética entre otros beneficios. Pero además la vegetación integrada en los edificios mejora la calidad ambiental y visual de los edificios, aumentando la superficie destinada a zonas verdes. La vegetación aporta por lo tanto beneficios ambientales pero también sociales y económicos.
Por otro lado la vegetación también mejora la calidad ambiental en las ciudades ya que, entre otros beneficios, mitiga el efecto isla de calor reduciendo la temperatura en su entorno. La radiación solar es absorbida por las plantas y el sustrato, y no se almacena en los materiales de construcción regulando así el clima local.
La vegetación también reduce el ruido ambiental en el interior y en el exterior, obteniendo entornos más tranquilos. En los espacios interiores puede reducir hasta 10 db, pero el nivel de absorción acústica dependerá del tipo de planta elegida.
En los espacios urbanos reducen la contaminación acústica, ya que absorben el ruido de vehículos y de otros elementos. Además evitan el rebote de las ondas sonoras en la superficie de las fachadas del edificio. Actúan por lo tanto como pantallas acústicas.
La vegetación capta y regula el agua de lluvia y su escorrentía. Las cubiertas vegetales son un claro ejemplo de ello. Este sistema de cubierta retiene el agua de lluvia. Posteriormente una parte se evapora y el resto se evacua paulatinamente. De esta manera se reduce la sobrecarga de agua transportada por los sistemas de alcantarillado municipal y también los desbordamientos.
La vegetación integrada en la envolvente del edificio aporta aislamiento térmico adicional, protección de la radiación solar y regula la temperatura. Tanto en muros verticales como en cubiertas inclinadas y azoteas.
Durante el invierno protege del viento y de la humedad. Sin embargo en verano protege del calentamiento excesivo de los espacios interiores bloqueando la radiación solar. En climas secos la vegetación integrada en la arquitectura humidifica el ambiente refrigerando el aire entre 1ºC y 5ºC. La explicación consiste en que la vegetación expulsa humedad en el proceso de fotosíntesis absorbiendo el calor.
En cualquiera de estas situaciones, la vegetación mejora el comportamiento energético del edificio reduciendo su consumo en calefacción y en refrigeración.
La vegetación absorbe las partículas finas contaminantes. Productos contaminantes como el óxido de nitrógeno, óxido de azufre y partículas en suspensión. De esta manera la vegetación favorece el proceso de purificación del aire y la creación de ambientes más saludables. Por ejemplo, 1 m² de cobertura vegetal atrapa 130 gramos de polvo al año, y un edificio de 4 plantas con una fachada vegetal filtra 40 toneladas anuales de gases nocivos, y atrapa y procesa 15 kg de metales pesados.
Además la presencia de vegetación permite la absorción de CO2 y la generación de oxígeno a través de la fotosíntesis. Un metro cuadrado de cobertura vegetal genera el oxígeno necesario para una persona en un año.
La vegetación puede proteger de agentes atmosféricos como la radiación ultravioleta o la contaminación atmosférica. En este sentido puede aumentar la durabilidad de los materiales de los cerramientos en los que se instala. Al aumentar la durabilidad de los materiales se consigue reducir los costes de mantenimiento garantizando el estado de conservación adecuado.
Por otro lado la vegetación añade valor a la propiedad porque además de mejorar su comportamiento térmico también le confiere un aspecto agradable mejorando su calidad visual. El comprador de este tipo de edificio valora de forma positiva la reducción del consumo energético del edificio y se muestra concienciado con la protección de medio ambiente.
La presencia de vegetación en cubiertas añade protección solar pero también aislamiento térmico adicional. El propio sustrato de la cubierta vegetal ya colabora en la mejora la eficiencia energética de la cubierta debido a sus propiedades térmicas. Si valoramos la capacidad de aislamiento térmico que proporciona la vegetación de forma adicional, éste dependerá de si se trata de una cubierta extensiva o intensiva.
La presencia de vegetación en cubiertas añade protección solar pero también aislamiento térmico adicional. El propio sustrato de la cubierta vegetal ya colabora en la mejora la eficiencia energética de la cubierta debido a sus propiedades térmicas. Si valoramos la capacidad de aislamiento térmico que proporciona la vegetación de forma adicional, éste dependerá de si se trata de una cubierta extensiva o intensiva.
La presencia de vegetación en cubiertas añade protección solar pero también aislamiento térmico adicional. El propio sustrato de la cubierta vegetal ya colabora en la mejora la eficiencia energética de la cubierta debido a sus propiedades térmicas. Si valoramos la capacidad de aislamiento térmico que proporciona la vegetación de forma adicional, éste dependerá de si se trata de una cubierta extensiva o intensiva.
